Muerto.

Estoy en el parque del conjunto donde vivo, está haciendo mucho sol, salí a que se me secara el cabello porque me acabo de bañar. Estoy con mis amigas Johana, Luisa y Mariana. Todas tenemos 6 años, yo tengo mi cabello partido a la mitad, Joha una cola alta, Lu dos trenzas y Mari una trenza. Me gusta mucho columpiarme, pero quiero jugar escondite, así que voy a buscar mas amigos para ello. 

Hay un niño en el suelo, creo que está mirando el cielo, corro hasta donde él, y le digo “Hola”, él no me contesta, no me parece normal, no tiene un color de piel normal, está un poco morado, no entiendo que está ocurriendo. Lo detallo un poco más, le está saliendo sangre de sus oídos, no sé qué hacer. 

Giro mi cabeza al lado izquierdo, veo cómo corren muchas personas a donde estoy yo, ellos vienen y su cara es de preocupación, sigo sin entender, sigo sin saber qué hacer. 

Veo a mi tío, mi tío Manuel, me calmo un poco porque quizás el me pueda explicar qué está pasando, me sujeta de la mano y me dice en voz baja “no mires más”.

Un grito, me asusto, una señora grita y yo la estoy viendo a los ojos, gritan todos, piden una sábana, otros maldicen, otros se abrazan, y llega un taxi. 

Suben al niño al auto, y ahí entiendo, él está muerto, lo escuche decir de mis amigas, de las señoras, y sin creerlo voy donde mi tío.

-¿Está muerto? 

-No, calma, aún respira.

Se están llevando al niño, y Mari está muy mal, corro donde ella

-¿Que te pasa?

-Es mi primo, es mi primo

A lo que todas le decíamos que él estaría bien, le estoy dando un abrazo y le seco sus lágrimas. Fuimos corriendo a su casa. Ella nos empieza a contar que su primo está de visita, y que no entiende porque está pasando esto. Escuchamos a los adultos hablar y dicen que un bus pasó por encima de él. 

Estamos aquí sentadas en una escala, han pasado unos minutos largos y nos dicen que está muerto, que murió.